martes, agosto 22, 2006

El infierno celíaco

Van a abrir otra. No sé cuántas habrá, pero dentro de poco nacerá una más.
Hoy, al salir de la oficina, y justo en el momento en el que me disponía a bajar las escaleras para entrar en la estación de metro Poissonnière, he levantado la vista del suelo y he mirado a mi derecha… y la he visto… es la enésima, o la enésima más uno, no sé muy bien, he perdido la cuenta. Están por todas partes… sales a la calle y… zas!… giras una esquina y… kazabum!.... miras por la ventana y… pof!

Las boulangeries son un auténtico negocio en París, es una industria caliente, tan caliente como las baguettes y croissants que venden. Hay tanto particulares como franquicias del tipo La Brioche Dorée, Paul, Bonne Journée…, pero todas ofrecen más o menos los mismos productos: pan y bollos. El negocio es redondo, pero no porque vendan donuts, sino por las cantidades de cereal que terminan despachando al final del día. Es el infierno de los celíacos.

Se supone que el pan es parte de la base de la tan manida dieta mediterránea, tenemos el pan tumaca, las tostas con aceite, los huevos fritos con chorizo, mojar pan es casi una religión (para algunos es también una obsesión…)… joder, hasta tenemos las torrijas… Pero todo eso no impide que no haya visto nunca comprar pan como se compra aquí. Sí, he dicho comprar, no comer… Supongo que también harán esto último, pero no puedo asegurarlo categóricamente. Tal vez sea una señal de status, o incluso tan sólo de identidad… tal vez lo hagan compulsivamente (pan!, pan!, pan!... coño, ¿os acordáis del chiste ese…”se abre el telón y aparecen 20 barras de pan y un piruli…¿cómo se titula….”, mejor lo dejo…).

¿Por qué tienen tanto éxito? ¿Es por este bello (?) y apacible (?) clima? ¿Tal vez las boulangeries son como los champiñones, se multiplican con la humedad? ¿Es la tristeza, que sólo se mitiga con una ingesta de un cubo de croissants? ¿Alguien tiene una teoría?, me gustaría saberla…
Y mientras pensáis, creo que iré a ver si pico algo. Hoy tendré que hacer un esfuerzo culinario… para no cenar pan con pan, que ya sabéis lo que se dice….

6 Comentarios:

At 23 agosto, 2006 10:59, Anonymous Anónimo said...

En algunas ciudades se ve claro cual es el negocio estrella, el que abunda más o el que es más llamativo. Por ejemplo, en Vigo las fruterías son espectaculares por tamaño y por lo cuidado de su aspecto, además de que encuentras una en cada esquina. En Londres hay que ver cómo cuidan el estante de las chocolatinas y cómo te colocan uno hasta en la oficina de turismo. En Madrid observo que el número de Peluquerías por habitante es exagerado (claro que aquí hay muchas mechas que mantener mientras no cambie el signo de la alcaldía).
Lo de París me parece a mí que tiene que ver con otro producto de alto consumo y calidad en Francia: El vino. Ya sabes..."el pi-piri-bi-pi-pi con el pan para pan pan pan"

 
At 23 agosto, 2006 12:50, Blogger Carlos M. said...

En lo tocante a peluquerías, París gana el partido. Y eso a pesar de los precios: 20-21 € (media. Yo me lo he cortado por 24 €) lavar, cortar y peinar Hombre... para Hombre...ojo. Para Mujer, creo que hay créditos al consumo especiales para estos menesteres.
Respecto al vino, no sabría decirte, apenas bebo... los precios son realmente desorbitantes. Como tirón de orejas, habrá que decirles que el precio no marca la calidad del vino. Y si no, que se lo pregunten a mi amigo Néstor, descubridor de El Lagareño, un gran vino...de a euro la botella...

 
At 23 agosto, 2006 13:09, Anonymous Anónimo said...

Yo me pido negras... mueve tu peon

 
At 23 agosto, 2006 13:16, Blogger Carlos M. said...

no, cacho perro, mueves tú. Yo ya he movido.

 
At 23 agosto, 2006 14:54, Blogger cadmg said...

Voy por partes. Con respecto a la relación entre la predilección que parecen mostrar los parisinos por las baguettes y los londinenses por las chocolatinas me atrevería a concluir que el tiempo es peor en Londres que en Paris.
Ese cielo nublado y el clima lluvioso se traduce en una disminución significativa de las horas de luz, y de su intensidad. Y eso causa depresión, según los entendidos. Pues bien, dado que el consumo compulsivo de carbohidratos es un recurso fundamental para todo aquel que se encuentra deprimido (si no recuerdo mal se debe al hecho de actuar como inhibidor de los receptores cerebrales de la serotonina y otros elementos químicos de los que depende nuestra felicidad) y, a la vista, de la escala de los carbohidratos - establecida en función de la rapidez con la que se digiere y se transforma en glucosa (que pasa a la sangre provocando altibajos en los niveles de azúcar y obligando al pancreas a segregar insulina para controlar las subida en los niveles de azucar) el chocolate derrota con claridad a las baguettes (harina de trigo); según esto, amigo Carlos, Londres seía una ciudad más deprimente que Paris. No sé si eso te consuela; si no, siempre puedes crear un moda explosiva: la baguette con chocolate. Monta un cadena en Paris y Londres y te forras. El problema de darle mucho al carbohidrato además de los cambios de humor repentinos es que terminas con el pancreas jodido lo que deriva en diabetes con los problemas de obesidad asociados. Algún día en las baguettes llevarán un leyende que diga: EL CONSUMO EXCESIVO Y COMPULSIVO DE BAGUETTES MATA.
--------------------
Un corte de pelo de caballero puede llegar a costar 100 libras esterlinas - 140 € - según el estilista que elijas, hay una escala que no veas, pero eso sí, si quieres tomar un café o una cerveza durante el corte, solo tienes que pedirlo - quizá sería bueno pedir baguette con chocolate para combatir la depresión que da pagar ese dineral.

 
At 23 agosto, 2006 16:03, Blogger Carlos M. said...

Y empieza con un "...si no recuerdo mal, se debe al..."...no te jode, el matasanos.
Gracias por la explicación, Sanchez-Ocaña.

¿140 € por un corte de pelo?, ¿y con qué te lo cortan? porque no creo que sea con tijeras, por ese precio...

 

Publicar un comentario

<< Inicio