martes, septiembre 12, 2006

Contra el timo no hay vacuna eficaz

Hoy leía una noticia en la que se encuadraba a España como el tercer país del mundo –por detrás de Estados Unidos y del Reino Unido– que más ataques de phishing recibe. Phishing… tengo entendido que deriva de fishing (pesca) y de phreaking –que viene a su vez de phone (teléfono) y freak (fanático)–. Con este neologismo se describe la práctica delictiva de suplantar una página de entrada a una banca virtual, o a un lugar de comercio electrónico, o algo similar, con el objeto de interceptar datos sensibles –contraseña de entrada, claves, datos bancarios, etc.– de un usuario. Se llaman sensibles porque si alguien te los roba es como si te dieran una patada en los huevos, y ya sabemos –al menos los varones– que un puntapié en pleno escroto es condición necesaria y a la vez suficiente para que uno se sensibilice al instante y se le salten las lágrimas a borbotones.

El phishing se traduce en algo así como pesca electrónica, que es la forma que han tenido los yankees de llamar a una trampa, argucia, triquiñuela, engaño, ardid o timo, urdido al amparo de las nuevas tecnologías. Los españoles en esto de la pesca siempre hemos estado en la vanguardia. En la pesca…y en el timo. Ahí siempre hemos sido punteros: en el fraude, en la estafa, en el pelotazo…Y sin necesidad de nuevas tecnologías. Es la cultura artesanal que hemos ido heredando durante siglos. Tenemos a los trileros, el timo de la estampita, el del tocomocho, el del Nazareno. Tenemos al Lazarillo y al Buscón. A la Santa Madre Iglesia. A Ruiz Mateos, a Mario Conde y a Antonio Roca. A Gescartera y a Forúm. A Marbella. Y al mercado inmobiliario español, la joya de la corona.

Pero volviendo al tema del phishing, quería contaros que el otro día sufrí uno de estos ataques. Pero afortunadamente, pude ponerme la coquilla a tiempo y lo que podía haber sido un K.O. técnico por colapso genital, tan sólo llegó a una ligera ascensión testicular. El ataque –parece que hubiera sufrido una emboscada con fusiles de asalto y granadas de mortero– me vino desde mi propio portátil. Me explico: tenía un virus, uno de esos que llaman troyanos. Hace una semana, como suelo hacer cada mes, quise consultar on-line la cuenta que tengo en mi banco en España. Después de introducir el usuario y la password, el sistema me redireccionó automáticamente a una página en la que me pedía, para una comprobación de seguridad, las claves de operaciones, esas que tienes que usar cuando quieres hacer movimientos. Me quedé 20 segundos mirando la pantalla, pensando:
– ¿Qué coño pasa aquí?

Pero no piqué en el anzuelo que me puso el phisher. Después de dos días intentando infructuosamente limpiar el virus, me ví obligado a llamar al servicio técnico del banco para ponerles en situación y que me informaran del tema. Y que me echaran una mano también, claro:

–Perdone, llamo porque creo que tengo un ataque de “piching”
–¿Lo cualo…?
–Que creo que tengo un virus, me sale una pantalla que…
–Bien… hummm…. Sí, es un virus. Escuche atentamente lo que vamos a hacer…
–…..zzzzzz…..
………
–¿Oiga?...
–Sí, sí, sigo aquí.
–Bien…escuche…
–Sí…
–Le hemos anulado el servicio de banca electrónica.
–¿Cómo?... Pero, señorita… si yo sólo quería que me dijese cómo quitar el virus
–Lo siento, pero no estamos para dar soporte técnico
–¿Soporte? –con cara de gilipollas– ¿Qué soporte?
–Le repito que no estamos para dar soporte técnico. Es su problema.
–¿Y qué hago para reactivar el servicio?
–Tiene que pasar por su sucursal para que se lo hagan.
–Es que ahora vivo en París
–Pues tiene que pasar por la sucursal más cercana a su domicilio
–Señorita… que vivo en París…
–Gracias por su llamada… tut-tut-tut-tut….

Finalmente seguí el consejo de la amable operadora e hice mío el problema. Gracias a un antivirus actualizado fui capaz de eliminar de una vez por todas a ese endiablado engendro informático que a punto estuvo de hacer de mí un castrato. Pero aunque el virus no ha conseguido su objetivo natural, sí que ha cumplido parte de su misión… tocarme los huevos… con la colaboración especial del servicio telefónico de soporte técnico (?) de mi banco.

Al menos ahora, salvo por el polvo que acumula, tengo el portátil más limpio que la patena… 100% libre de virus. Pero he de confesar que, a pesar de trabajar en esto de la informática, durante los dos días posteriores al descubrimiento de la infección, no me atrevía ni a tocar el portátil… no fuera a ser que también me contagiase... Y eso que yo siempre había pensado que por ser español... estaba inmunizado contra esto del timo...

2 Comentarios:

At 14 septiembre, 2006 18:32, Anonymous Anónimo said...

Bájate ZoneAlarm. Es un firewall bastante mejor que el de Windows, y consigues que no te entre mierda de esa que te altera la zona genital.

 
At 15 septiembre, 2006 16:41, Blogger Carlos M. said...

Respecto al intrusismo, es cierto, NO soy informático. Pero algo tendrá esta profesión que hasta yo puedo vivir de ella.

Si quieres enterarte sobre timos, te recomiendo visitar el enlace que incluyo en el propio texto (sobre la palabra timo).

Lo que me preguntas del misionero, creo que tendrás que buscarlo en otra parte. Te mando un enlace para que te informes:

http://www.sexologia.net/sexologia/posturas/12.htm

 

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